"Abel" una película para verse

La indiferencia del público es lo que más afectaría al actor y director Diego Luna cuando su película "Abel" inicie, a partir del 28 de mayo con 67 copias, su corrida comercial en las salas de cine de México, tras un emotivo recibimiento en el 63 Festival Internacional de Cine de Cannes.

"Lo que me da terror es la indiferencia. Cuando la respuesta es un agresivo rechazo o un abrazo caluroso, yo estoy feliz, pero la indiferencia es de las peores pesadillas que uno tiene cuando sueña con sus estrenos", apuntó Luna.

El número de copias con que se presentará su primer largometraje de ficción, dijo, "es una realidad del mercado y la película tendrá que ganarse poco a poco a su público. Primero será recibida en Aguascalientes, Guadalajara y la Ciudad de México, después en Morelos y el Estado de México.

Lo cierto, añadió, es que no existe capital suficiente para hacer una gran campaña a nivel nacional, como cuando para el filme "Rudo y Cursi" (2008), que protagonizó con Gael García, hasta se comercializaban palomitas rudas y cursis o se regalaban extras con la compra de paquetes en la dulcería.

"Aquí no podemos aspirar a eso porque no hay recursos para tapizar la ciudad de carteles, entonces confiamos en el boca a boca y en lo que el Festival de Cannes nos haya dado en cuestión mediática. Vamos a competir contra las películas comerciales y la batalla será dura porque hay reglas parcas que no son suficientes para defenderte en taquilla.

"Por ejemplo, en los cines te dejan dos horarios y son los peores. Obviamente como no va nadie, la semana siguiente ya tienen un pretexto para sacarte, pero aquí estamos tratando de involucrar a todo el mundo; estamos trabajando con Videocine porque creemos que ´Abel´ tiene chance de crecer y debemos contagiar ese ánimo a fin de confirmar que el filme puede ser un buen respiro ante lo que se ve en la actualidad y que es patético", indicó.

Precisamente aquí es cuando Diego Luna reflexiona que ha despertado del mundo idílico de los festivales donde se respeta a sus creadores y protagonistas para toparse "con un mercado voraz y una competencia feroz. Hay circunstancias que cuando las ves te dan ganas de pegarte un tiro porque se cree que todo está diseñado para que te vaya mal".

"En ocasiones los espectadores mexicanos no tenemos piedad, nos tomamos las cosas a lo personal y somos mucho más duros con el cine que con nuestro gobierno e instituciones educativas. Considero que eso es lo que hace distinto al Séptimo Arte porque es el mundo del sueño, de la fantasía y del reflejo, pues si encuentras una historia con la que te identificas te sientes la persona más afortunada.

"Es bueno que la gente sea exigente y nosotros debemos ser más rigurosos con el cine que hacemos, ya que cuando algo le gusta al público lo defiende, de ahí el éxito de ´Arráncame la vida` o ´Rudo y Cursi`, por mencionar algunas producciones recientes", platicó.

Luna opinó que el principal problema de la industria cinematográfica de México, "es que vivimos de producir y no de lo que producimos. Es decir, existe una voracidad por hacer y hacer filmes lo cual deriva en que se está perdiendo el respeto y el rigor a cada proyecto.

“Creo que los ánimos deberían estar puestos en ingresar a un mercado y ser parte de una industria en la que haya reglas que nos permitan crecer para que las películas locales compitan con las de Hollywood".

El actor y director que en conferencia de prensa procuró captar algunos detalles a través de su teléfono celular, comentó que el estreno en México de "Abel", cuyo costo fue de 30 millones de pesos, será "el fin de un viaje larguísimo", sumado a las proyecciones en los festivales de Sundance y Cannes.

“Abel”, inspirada en el libro de David Trueba, "El síndrome de Latimer", narra el caso de un niño de nueve años interno en un hospital psiquiátrico a causa de su extraño comportamiento. "Cecilia", madre soltera, está segura de que lo mejor para su hijo es regresar a casa con el resto de la familia.

Convence al doctor para que deje salir a "Abel" por una semana, tiempo en el que intentará probar que no es necesario transferirlo a un hospital infantil en la Ciudad de México. Con su padre ausente, el pequeño se convierte en una figura paternal poco convencional que, de una u otra manera, consigue unir a su familia.

"Es la historia de un niño que afecta la vida de su familia, por eso el póster de promoción retrata a una familia. La reflexión se encuentra en lo que están haciendo los padres, qué significa y qué impacto tiene en los niños", explicó Diego Luna.

Admitió que "Abel" en parte es un guión autobiográfico: "A diferencia del protagonista, yo nunca me levanté un día creyendo que era mi papá, pero la historia sí está llena de reflexiones sobre mi infancia, ya que a los seis años me sentía adulto y vivía feliz trabajando en el teatro con amigos mayores a mí.

"Por otro lado, analizo los hogares que viven con un sólo padre, en este caso decidí hacerlo a través de la madre para que doliera menos (se refiere a la muerte de su mamá y el lugar que su padre Alejandro Luna tomó como pilar único de la familia). Es algo que en ocasiones suele ser injusto, pues creo que para tomar las decisiones debe haber un debate y reflexión entre dos personas", indicó.

Informó que a Christopher Ruiz-Esparza lo eligió de entre 400 niños. La experiencia fue maravillosa, pues dice que trabajar con los infantes es más fácil de lo que se cree y lo complicado acaba siendo un mito.

Con guión de Augusto Mendoza y Diego Luna, actúan José María Yazpik, Karina Gidi, Geraldine Galván, Carlos Arango, Christopher Ruiz-Esparza y Gerardo Ruiz-Esparza. Se estrenará en México el 28 de este mes con 67 copias en rotación.